diciembre 23, 2009

Titular...

Soy un ser no apto.

De las cuatro razones que me dieron para seguir viviendo, elegí la peor. La que me lleva, míseramente, a alargar una agonía hasta el final: la autodestrucción.

De los siete pecados capitales, elegí todos. Incluyendo en la lista algunos más que encontraba por el camino. Descubrí que me regodeaba en todos ellos. En los siete. Descubrí también mi habilidad para convertir los pecados veniales en mortales. Descubrí que mi único poder es autodestructivo. Mi única ventaja, lo único que me hace especial, es la facilidad para acabar conmigo misma. Por eso no tengo más razones para mantener este ligero hilo negro de vida.

Sé que ahora el Purgatorio es el único lugar que ha dejado sus puertas abiertas. El resto de piernas, las he ido cerrando tras los mordiscos y la espuma bucal que recubría la rabia con la que asesinaba a todo aquel que se me acercaba.

Menos tú, cálido rojo, Mi Mantis Religiosa, Mi Viuda Negra... Muerta realidad. A ti nadie tiene que matarte. Nadie puede. Ya lo estás. Sólo revives cuando eres sincera. Y solo eres sincera con tus ojos. Tu lengua nunca expresa lo que ellos dicen con profunda intensidad.

Lo que me vuelve loca de ti es que sólo uyo puedo escribir(te). Y cuando te relato en viva voz, te vuelves intensa, más corpórea y física que nunca. Y besas. Me besas. Cerrando los ojos. Volviendo a la mentira. Pasando la sinceridad de tus pupilas a tus papilas gustativas. Y me gustas. Y te saboreo. Y me gustas. Y te saboreo. Porque la Mantis que a veces salía de Eva Cazadora, se ha topado con la negra viuda más voluptuosa y real que nunca: tú, viciosa.

Pero yo no soy apta. Yo me autodestruyo. Y egoístamente, quiero enredarte conmigo para caer y caer en la negritud del fin.