diciembre 23, 2009

Divorcio

Por alguna extraña razón,
desde hace un tiempo he notado que al estar sentada,
mi pie derecho suele pisar a mi pie izquierdo.

Lo que me preocupa es que ellos parecen
estar seriamente peleados y sin ánimos de reconciliación.

Ayer a la madrugada, aprovechando que luego de unas
cuantas cervezas mis rodillas suelen contar todo tipo de chismes,
ellas me aseguraron que mis pies quieren divorciarse.
Mis muslos, que habían tomado muy poco, afirmaron lo mismo...

Mi cadera, casi desmayada del sueño,
pero manteniendo la sabiduría y cordura de siempre,
me explicó que de separarse,
uno de los dos pies debería marcharse.

Yo me quedé estupefacta.
Salí de ahí enfurecida.
No pegué un ojo en toda la noche.
No podía dejar de pensar y pensar...

Yo, Eva, sin tener nada que ver con esa trifulca entre ambos,
luego del divorcio y al partir el pie desalojado,
me quedaría definitivamente renga...

Esto ya es más preocupante que el juicio que me está
por hacer mi muñeca derecha por tendinitis por no pagarle una ART.
(Eso no lo cuenten, me lo confió mi muñeca izquierda
y no quiero líos ni divorcios por esos lados ya que soy diestra...)

Si alguien sabe de terapia de parejas para pies que avise...


Urge!!!