enero 30, 2010

[Yeah!]



Toda mi vida he odiado a los buenos. En todas las películas yo les iba a los malos. Y "Nefastófeles" era verdaderamente tan maldito que yo pasaba a ser la buena, la que tenía razón. ¡Qué horror!

En cambio contigo me quedaba el consuelo de ser una zorra aborrecible. ¿Nunca pensaste en mí con ese insulto? Ser zorra es como bailar: cuestión de agarrar el ritmo. Las monjas decían: Los malos pensamientos galopan cabalgados por demonios. Pero ser zorra no es un mal pensamiento, es más, ni siquiera es un pensamiento..!

Ser junkie de tus celos, alimentarme de ellos hasta cuando no estoy, eso SÍ que es ser zorra. Mira, yo creo que el arte de ser una zorra está un poco en la cama y mucho en otra parte.
Mis parientes, cuando hablaban de zorras, decían: las tramposas. Entonces, yo de niña, siempre que hacía trampa pensaba: -Dios, qúé zorra soy! ...y me iba a confesar. Claro que al padre no le decía: Me acuso de ser zorra, porque, además, zorra es un insulto. Pero sí me aacusaba de ser tramposa. Y lloraba muchísimo, porque imaginaba al sacerdote pensando: -Tan chiquita y tan zorrita. No te imaginas todo lo que cambié por eso...

Luego de confesarme cada mes por años, ya supondrás que un día no lloré, y al final, tanto el padre como yo, nos acostumbramos a los mismos pecados y a la misma penitencia. Tres padres nuestros y una buena obra. Según yo a los 12 era una zorra perdonada...

No hay comentarios: