enero 30, 2010

[AAR]

Me senté a escribirte una carta. Luego pensé en crear un relato de lo acontecido el día de ayer. Terminé sin saber qué ponerme a teclear en la soledad, en ésta que sudo. No sé qué hacer... si describir tu pasmosa sonrisa saludándome al verme, mmm... sinceramente no sabría cómo describir esa mirada pintada de café y esa pinta de novio tierno regañándome por no contestar el teléfono.

Nopuedo. Simplemente hoy no tengo la inspiración para relatar cómo tus asombrosas manos se mueven revoltosas por todo el teclado, tus cosquillas al abrazarte que me hacen pensar y pensar cómo poder tocarte... y trato de repasar los momentos de hoy, saliendo de prisa de casa pensando en mil trabajos y en tu espalda; tu boca, el destino recurrente de mis besos acompasados en un delirio franco. Y vuelvo a reír, las cosquillas ahora en mi cuello recordando tu incitante respiración y. heme sentada aquí, otra noche, otro momento corto de inspiración, en este cuarto callado, oscuro...

Me pregunto hasta dónde eres culpable de mi falta de inspiración, haciendo que todo parezca correcto, todo en su sitio, mi vida hecha para el momento de delirar entre cosquillas y tus besos, en este bosque, con la sombra impulsándonos a un abrazo, o mi miedo a las arañas despertando a mi gran caballero andante (tú)...

Cayendo entre el pasto, el sol que nos calienta después en el bosque y respiro de nuevo el aroma de tu respiración al que, en mis adentros, quisiera entregarme sólo para recibir cosquillas, tu risa adornada con dos besos, un te quiero y dos mordiscos...

Y no tengo nada que escribir, no tengo vacíos que llenar, no busco nada. Hoy lo encontré todo en esa florecita que arrancaste color morado y adornando mi Clave de Fa. Y no puedo decir mucho, pues el recuerdo de tus besos se agolpa entre mis sentidos dejándome dos risas y pasto entre mi falda, mientras hilos de tu cabello de ángel se me atoran en los labios húmedos por ese nuevo beso acompasado con soltura.

No puedo escribir rebuscado, pues el hecho de nuestro día tan simple, sencillo y rutinario, por quejarte de mi falta de atención por no recordar qué ni cuándo me lo contaste, perdón, observaba el color brillante de tus ojos, adornados de eterno café y dorado. Mi chico malo... Es que acaso se me acaban estas letras, porque hoy en cada piedra, riendo como loca, completa, viéndote adelante escribiendo sin importar la hora, ésa de volver a la realidad. Pues amor, pequeño amado, más palabras no tengo, sólo que contigo todo es simple, más hermoso, todo intenso y natural, hoy no puedo escribir más que eso...

Me detengo en la esquina, debes partir de nuevo. Me detengo en ese instante deseando que voltees, que me dirijas esa sonrisa, esa mirada y que de nuevo, me robes las palabras y no tenga nada que decir...

TE.

No hay comentarios: