junio 25, 2010

Querido Diario...



Llevo desde ayer encerrada en esta habitación. Creo que es domingo. Llueve en mi ventana. El árbol se mueve. Suena "Jolene" de Dolly Parton. Hay gente a la que le molesta que no escriba ni una sola coma. Me da igual. Hay gente que copia mis textos secretos. Hay madres que se cuelan en mi armario y leen este diario. Creen comprenderlo. Qué más da.

En mi mesa el manual de DM-IV. Trato de ingerir una dosis de Cocacola Light, otra de Risketos y otra de Salud Mental. En mi mesa, el último número de Quo, el rotulador amarillo eléctrico con el que subrayo todo aquello que no entiendo. En mi mesa Cafiaspirina, crema Nivea, otra lata vacía de Monster y unos folios en blanco. En mi mesa, todo eso y el libro de Melissa P., Cien Cepilladas Antes de Dormir, recordándome que el tiempo pasa y que ya no tengo quince años.

Mi foto, mi cara mojada y triste al lado de la de Félix Francisco Casanova: dentro de tres meses cumplirás ventiseis años. Tu cara, prologando las desgracias de Arfin. Prologando su mirada inocentemente punk. Se acaba la canción. Vuelvo a Spotify y pincho otra vez. Jolene, jolene... Abro Hotmail, mi chico me dice que una hora me llamará. Abro mi blog, tengo un comentario de Humbert Humbert. Abro mi blog. Lo vuelvo a abrir. Domingo veinte de junio. Hace tres días mi blog cumplió once años. Recuerdo. Lo empecé antes de irme a vivir al DF. Terminaba cuarto de ESO y empezaba a publicar mis poemas en revistas on-line. Revistas pequeñas de las que nadie se acuerda. [Silencio. Repeat. Jolene, Jolene...]

Era pequeña. Me parecía demasiado a lo que no soy ahora. Quería ser una especie de Lesley Arfin con aires de Valente. Quería ser una especie de Bukowski con aires de Nothomb. Quería, querido diario, encontrar a alguien, de entre todos los que habitaban esta maldita Red, que entendiera lo que decía y me escuchara. Eso. Eso. Así. Pero tenía quince años. Pero tenía quince años infieles y hacía el amor con cualquiera que me dedicara un dibujo feo en alguna de las calles sucias de Nice La Pute. Jolene, ¿Jolene?.

En mi mesa Lesley Arfin me recuerda que tampoco tuve amigas. Y que no hace falta irse muy lejos para encontrar Literatura. De hecho, querido, queridísimo diario. La cita que aquí dejo la escribió la propia Arfin con apenas 12 años. Su joven entraña. Su pequeña entraña drogadicta. Su pequeño sufrimiento que era un mundo. Lluvioso. Qué más da. Y las comas. Y la infancia. Y este blog. Y este diario. Y esta cara triste sobre mi escritorio. Y este cuerpo viejo. Joder. ¿Qué mas dan?


La guerra acaba de terminar en el mundo.
Acaba de comenzar en mi vida.
Lesley Arfin


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