Perdona mis faltas, mis pequeñas faltas; embárcame en algún tipo de abrazo y hazme olvidar, sobre todo eso: olvidar.
Mírame fijamente; mantén la mirada. Busca algo en ella que te responda. ¿Lo encuentras?
No puedo mirarme a mí misma, aunque si lo hiciera sólo encontraría razones para no encontrarte nunca más.
Ya se dio cuenta el poeta hecho canción que "lo importante es lo que está detrás de la piel". Pero, ¿dónde estás tú? Me miro al espejo abriendo la boca buscado un buen ángulo para ver mi interior y encontrarte... pero no te encuentro.
Te busco, pero no te encuentro.
Solo me queda el frescor con sabor a manzana de la única vez que pude robarle un beso a tus labios y no lo hice.